El 10 de diciembre se conmemora un año más de los derechos humanos, pero desde 1997 también se conmemora el día Internacional de los derechos de los animales, por lo que trataremos de unificar ambos criterios, aunque si lo pensamos bien y nos dejamos llevar por la sabiduría de los pueblos, hay un dicho muy popular que dice “Lo que es bueno para el pavo, es bueno para la pava” y la verdad, me parece que encaja perfectamente, para el mismo día y con los mismos derechos. Y es que, si lo analizamos en frío, desde que el mundo es mundo, vamos violando los derechos del prójimo, desde los altos cargos gubernamentales o empresariales, hasta nuestros hogares, hemos dejado colar la violencia y el irrespeto hacia el otro olvidando que nuestros derechos terminan donde comienzan los suyos, desde el respeto más absoluto, vamos desgarrando los derechos humanos del otro, tan solo por su color, cultura, religión, clase social, por su condición, en fin, es como si naciéramos etiquetados por quienes se creen con el derecho a vulnerar nuestro derecho principal, la vida misma y todo lo que conlleva, últimamente los derechos humanos se han distorsionado tanto, que hasta el derecho al trabajo, se nos niega. Hoy es un día para reflexionar, no para buscar ser más justo que el otro, pero si para encontrar un equilibrio entre el amor propio y el amor al prójimo, partiendo de esa base, no solo practicaremos el respeto hacia nosotros mismos, también contribuiremos a dignificar la vida del otro y de nuestros animales, haciendo de este planeta un lugar mejor.
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