Muchas veces nos
encontramos en situaciones donde al trabajar el área numérica los educandos
omiten, invierten, cambian o trasponen los números, esto les puede ocurrir
tanto al leerlos como al escribirlos.
Los padres y maestros comienzan a notar que al educando le cuesta
memorizar y razonar al realizar operaciones básicas, al grado de manifestar rechazo
y frustración ante todo lo que sea de índole numérico, interfiriendo
significativamente en el rendimiento académico y en las actividades de la vida
cotidiana que requieren habilidad para el cálculo, incluso al realizar
actividades lúdicas que involucren conteo o seguimiento de patrones; ya que su
percepción visual y auditiva se muestran comprometidas.
Hay que tomar en
cuenta que todas estas características son propias de un trastorno del
aprendizaje llamado Discalculia, el cual puede detectarse desde
temprana edad, recordemos que los trastornos son de base neurobiológica; por lo
que debemos estar atentos en el desarrollo evolutivo de nuestros pequeños. Dentro de este trastorno encontramos la Discalculia
Verbal la cual se manifestaciones en dificultades para nombrar las
cantidades matemáticas, los números, los términos, los símbolos y las
relaciones. La Discalculia Practognóstica o dificultades en enumerar,
comparar imágenes y objetos matemáticamente, así como manipular dinero. La Discalculia
Lexical la cual afecta la lectura de símbolos matemáticos. La Discalculia
Gráfica se manifiesta en la alteración de la escritura de símbolos matemáticos.
La Discalculia Ideognóstica o dificultades en hacer operaciones mentales, así
como la comprensión de conceptos matemáticos y la Discalculia Operacional
la cual interfiere en la ejecución de operaciones y cálculo numéricos. Todas
estas ramas del trastorno crean en el individuo afectaciones socioemocionales
generadas por la ansiedad, frustración, baja autoestima y otros factores que pueden
estar alterados y que se manifiestan o exteriorizan a través de su conducta.
Por todo ello es
importante una detección temprana y sobre todo buscar siempre ayuda en los diferentes
especialistas. Por detectarse en el área
educativa, es importante consultar con el Psicopedagogo ya que como profesional
del área psicoeducativa, cuenta con las herramientas necesarias para canalizar,
apoyar y ayudar al educando en la rehabilitación de este trastorno. Recuerda…
Tú felicidad depende de ti.
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